La demanda fue presentada el 1 de julio pasado, en la jurisdicción del Sena, en Pando, por líderes de las comunidades del TIM II. En el legajo se adjuntaron pruebas sobre la contaminación del río Madre de Dios por la presencia de metales pesados, aceites, grasas y sólidos suspendidos totales por encima de los límites permitidos; y de deforestación de 8 mil hectáreas por el desplazamiento en las riberas del río y la afectación progresiva a la salud y a los medios de producción de las familias.